Aprovechando que las restricciones sanitarias poco a poco van levantándose, hemos podido salir por fin de la Sierra de Espadán y con ello iniciar nuestra ruta de investigación por los territorios corcheros de la Península.
Y la primera parada ha sido -como no podría ser de otra forma- la comarca del Baix Ampurdà en Girona, concretamente el municipio de Palafrugell, situado en el sector oriental de una importante zona productora de corcho y donde se asentó el grueso de la industria taponera nacional a finales del siglo XIX.
El vínculo de esta zona corchera con la Sierra de Espadán es muy estrecho, no solo por las similitudes de un ecosistema donde predomina el alcornocal de montaña, sino también porque éste fue históricamente el destino final del corcho producido en Espadán, incluso propiciando que empresarios catalanes instalaran las primeras fábricas de tapones en tierras castellonenses a principios del siglo XX.
Ya en Palafrugell, pudimos conocer el Museu del Suro de la mano de Pep Espadalé y Àngela Martí, inmejorables anfitriones que nos descubrieron las peculiaridades del sector corchero catalán y nos facilitaron los contactos necesarios para continuar con nuestra labor.
La visita al museo nos ayudó a comprender la importancia de este material, que hasta hace menos de un siglo y debido a sus incomparables propiedades físicas y químicas, no tenía competencia. Como muestra de ello, aquí tenéis una colección de objetos fabricados con corcho.






Otra de las conclusiones a las que llegamos tras la visita al museo, es que la industria taponera alcanzó en estas tierras un grado de desarrollo y de generación de riqueza tal, que otros usos de este recurso, como por ejemplo la elaboración de artesanías, nunca fueron más allá de lo anecdótico. Para encontrar otro destino de la producción de corcho con suficiente entidad, habría que poner el foco en la industria del aglomerado, que actualmente también se encuentra en franco retroceso.
Aún así, nosotros no cejamos en nuestro empeño y pusimos rumbo hacía Capmany, en la comarca de l’Alt Ampurdà, para visitar al artista y artesano Joan Aguilera Rosell, quien amablemente nos abrió las puertas de su casa y nos mostró su colección de obras de arte. Y es que Joan es un enamorado del corcho al que la afición le viene de familia, en concreto de su padre, antiguo operario forestal y también artesano. Las herramientas que emplea Joan para trabajar el corcho son las básicas: una sierra de calar, un cutter y una lijadora multifunción. Las panas de corcho las obtiene de la industria local, aunque también aprovecha el corcho de árboles muertos que encuentra por el bosque. Aquí os dejamos con alguna de sus peculiares creaciones.






Uno de los encuentros más destacables, fue el que tuvimos en el municipio de Cassà de la Selva, en la comarca del Gironés, con Dolors Roset, técnica del área de promoción económica del ayuntamiento, y Eduard Mestres, otro enamorado del corcho y única persona en toda Cataluña que dispone del carnet de maestro artesano. Y para muestra de la calidad de su trabajo… un botón.









Dolors y Eduard nos invitaron a participar en una jornada de plantación de alcornoques con escolares, donde fuimos testigos de excepción de la importancia que las autoridades locales otorgan a la conservación de sus recursos naturales. También pudimos disfrutar de una breve pero interesante exposición sobre el desempeño de mujeres y niños/as niñas en la industria corchera catalana.
Destacar que este municipio, desde hace ya unos años, organiza anualmente la Fira del Tap i el Suro, demostrando así la importancia que tuvo -y todavía conserva- este recurso para la economía casanense, y en la que estaremos encantados de participar si, llegado el caso, nos invitan a presentar nuestra experiencia con el laboratorio de corcho SuberLab.
Finalmente queremos también agradecer la amabilidad y disponibilidad de Oriol Granyer, técnico del Consorci de les Gavarres, de Albert Hereu, Director del Institut Català del Suro, y de Guillem Genover y Paula Blanco, miembro de la Comisión Ejecutiva y responsable técnica de la Red Europea de Territorios Corcheros (RETECORK).