Tras nuestra aventura por tierras extremeñas, y aprovechando la cercanía de la frontera hispano-lusa, decidimos adentrarnos en el sur de Portugal, concretamente en la región de Alentejo, con el propósito de conocer de primera mano el trabajo de los artesanos de corcho en el principal país productor y transformador de este recurso a nivel mundial.
La tarea no fue fácil, ya que en las fechas en las que viajamos todo el país se encontraba en alerta sanitaria, con un grado restricción mucho más elevado que en el estado español. Así pues, tras cruzar la frontera por Badajoz y mostrar al funcionario correspondiente los justificantes requeridos, pusimos rumbo al Observatorio del Alcornoque y del Corcho en la localidad de Coruche, nada más y nada menos que la autodenominada capital mundial del corcho. A pesar de que el Observatorio se encontraba cerrado al público, uno de sus técnicos, Carlos Abreu, nos atendió amablemente y nos facilitó los contactos necesarios para cumplir con nuestra misión.
Gracias a la información proporcionada por Carlos, pudimos conocer el trabajo de Arlindo Pirralho, para lo cual tuvimos que desplazamos hasta el municipio de Couço. Arlindo, que es sacador de corcho y que aprendió a trabajar este material gracias a su padre que fue pastor de ovejas, es además lo que denominaríamos un artista-artesano, ya que es capaz de tallar en corcho y decorar con increíble buen gusto cualquier tipo de figura, sin olvidarse de los objetos y utensilios de toda la vida, a los que siempre acompaña con su toque personal. Y para ello no creáis que necesita ningún tipo de herramienta especial: le basta y sobra con su imaginación, sus manos, una caladora, un serrucho, un cuchillo, una lija, y las panas de corcho que selecciona durante la saca.












De Couço pusimos rumbo a Vendas Novas, donde teníamos una cita con Jerónimo Manuel, que como Arlindo, vende sus creaciones principalmente en las ferias de la zona, aunque en su caso también recibe encargos de particulares y empresas. Este prolífico artesano se dedica a elaborar objetos de corte más tradicional, para lo cual selecciona la materia prima entre el corcho que el mismo saca. Nos encontramos ante un autodidáctica y enamorado del corcho que gracias a su pasión consigue unos ingresos extras.







Nuestra última parada en esta región nos llevó hasta las instalaciones de la empresa Cortiçarte en Azaruja, a 20 kilómetros de Évora. En esta fábrica, desde hace ya cuatro generaciones, se elaboran artesanías de corcho cuyo destino principal es el de abastecer tanto las tiendas de artesanía de Évora, como las del resto del país.
Cortiçarte constituye un interesante ejemplo de empresa familiar, donde los operarios en verano sacan el corcho y el resto del año permanecen en la fábrica preparando las panas con destino a la industria taponera y elaborando artesanías con el corcho que no cumple con la calidad suficiente para fabricar tapones.
Las instalaciones de esta fábrica cuentan con cuatro zonas bien diferenciadas: una campa exterior para recibir el corcho, almacenarlo y airearlo una vez hervido; una área donde se selecciona el corcho, se hierve y se forman los fardos con las panas; una área donde se fabrican y almacenan las artesanías; y un local donde se exponen los productos para la venta al por mayor y al detalle.
En la zona donde se elaboran las artesanías podemos encontrar la maquinaría típica de cualquier carpintería de madera, con un limitado nivel de automatización. Así pues, podemos decir que nos encontramos ante un negocio donde la mano de obra cualificada es sin duda un factor diferencial, ya que sin las habilidades y destrezas de sus operarios no sería posible elaborar un producto final con la calidad mínima exigida, lo que nos permite clasificarla como una industria de tipo artesanal.










Desde Évora, capital del Alentejo, pusimos rumbo a latitudes más meridionales, en concreto Faro, la capital del Algarve. Y a 20 kilómetros de esta bonita ciudad costera se encuentra otro de los centros de referencia para la industria corchera portuguesa: São Brás de Alportel.
En esta pintoresca localidad nos recibió Sofía Carrusca, cuya familia es propietaria de Eco-Cork Factory, fábrica que compra corcho y prepara las panas con destino a la industria taponera. Sofia, además de la heredera de la empresa, también a conseguido diversificar el negocio a través de un emprendimiento turístico denominado Algarve Rotas (www.algarverotas.com) y de la creación de su propia marca de productos de corcho Cork Inov Nature (www.corkinov-inovacao-cortica.webnode.pt).
Esta inquieta algarveña está también detrás de la tienda de venta al detalle ubicada en el interior de la fábrica, donde podemos encontrar principalmente bisutería y complementos elaborados con tejido de corcho, algunos de ellos fabricados en un pequeño taller anexo. Todos estos espacios (fábrica, tienda y taller), han sido integrados dentro de una ruta turística temática en torno al corcho que ella misma comercializa a través de Algarve Rotas.








No queremos finalizar nuestra crónica sin agradecer el tiempo y los contactos compartidos por el personal del Proyecto TASA en Loulé, en especial a Graça Palma y Joao Ministro. Sobre esta iniciativa basada en la actualización de las artesanías tradicionales de la región del Algarve, que ya tratamos en un artículo anterior, podéis informaros a través del enlace que incluimos en el apartado del blog “Sitios de Interés”.